Pasar de modelos de un solo uso a modelos de reuso representa una de las mayores oportunidades para reducir la contaminación por plásticos. Se estima que esta transición podría generar una reducción de más del 20% en la fuga anual de plásticos al océano para 2040 [Pew Charitable Trusts y Systemiq, Breaking the Plastic Wave (2020)]. El mercado del reuso representa una oportunidad económica multimillonaria, que ofrece beneficios para los consumidores y genera empleos a lo largo de toda la cadena de valor.
Durante los últimos 10 años ha habido un creciente impulso hacia el reuso: desde el desarrollo de definiciones y métricas, hasta pilotos industriales, creación de estándares y la aparición de políticas que permiten la implementación de sistemas de reuso. En este proceso, hemos aprendido que la economía del reuso solo funciona a gran escala, requiriendo, por ejemplo, infraestructura compartida de recolección y limpieza, así como una adopción masiva por parte de los consumidores. La incertidumbre sobre cómo lograr esa escala, cuándo el reuso se volverá competitivo frente al uso único, y qué mecanismos de política pública podrían habilitarlo, están impidiendo alcanzar la masa crítica necesaria para avanzar.


Acelerando el cambio
Necesitamos que las medidas vayan más allá y se apliquen más rápidamente para hacer frente a la magnitud del problema de los residuos plásticos y la contaminación, y aprovechar las ventajas de una revolución de la reúso. Para que la economía funcione a favor de los sistemas reutilizables y se maximicen las oportunidades medioambientales, es fundamental la acción colectiva. Trabajando juntas, las empresas pueden establecer nuevos comportamientos de consumo, reducir el riesgo de la inversión en infraestructuras y cadenas de suministro y desbloquear economías de escala que refuercen la viabilidad comercial del nuevo modelo de negocio. Demostrar lo que es posible mediante la acción colectiva también revelará dónde se necesitan intervenciones políticas específicas para permitir una implantación más amplia de los sistemas de reúso.
Acciones prioritarias para las empresas
Para acelerar la acción, las empresas deben enfocarse en las siguientes acciones prioritarias:
Acción individual: Escalar modelos de reuso “individuales” que las empresas puedan implementar comercialmente por sí mismas, como recarga en el hogar, modelos B2B, y reuso en entornos cerrados.
Acción colaborativa: Participar en proyectos demostrativos a gran escala, que involucren múltiples marcas y minoristas, compartan infraestructura/envases de reuso, y se implementen a nivel ciudad o país —para aprender, informar políticas y desbloquear financiamiento para su ampliación.
Advocacy colectiva: Alinear y promover políticas efectivas que mejoren la viabilidad, factibilidad o atractivo de los sistemas de reuso a gran escala.







