Los residuos plásticos siguen siendo un desafío urgente y visible, y la presión por actuar llegó para quedarse. Los responsables de políticas en todo el mundo están trabajando a nivel global, nacional y local para abordar este problema, desarrollando medidas regulatorias para enfrentarlo. Al mismo tiempo, las empresas han manifestado la necesidad de contar con una regulación clara para movilizar inversiones e impulsar la innovación.
El poder de la política pública
Sin políticas coherentes y de apoyo, las iniciativas de economía circular tienden a permanecer aisladas o en pequeña escala. Debido a que la transición hacia una economía circular desafía sistemas lineales arraigados, se necesitan políticas efectivas en todos los niveles de gobernanza, desde lo local hasta lo internacional, para guiar, incentivar y regular el cambio en los sectores productivos y en la sociedad.
La política pública puede:
Establecer la visión y el marco regulatorio, mediante estrategias y metas nacionales, legislación y estándares, y compras públicas.
Incentivar la innovación y movilizar inversión, mediante herramientas fiscales, financiamiento y apoyo a I+D.
Moldear la demanda del mercado y las prácticas del sector privado, por ejemplo a través de esquemas de RAP (Responsabilidad Ampliada del Productor).
Proveer monitoreo y rendición de cuentas, mediante mecanismos de reporte y cumplimiento, datos e indicadores.
La política pública y la voz empresarial
La certeza regulatoria es esencial para permitir que los líderes tomen acciones ambiciosas y asegurar que todo el mercado actúe. Se necesita una política efectiva y bien aplicada tanto para movilizar al 80% del mercado de envases plásticos que sigue mayormente inactivo, como para superar las barreras sistémicas que impiden que los actores líderes desarrollen soluciones a escala. Esto requiere tanto medidas específicas como incentivos fiscales y financieros transversales. Sin acción gubernamental y certeza regulatoria, los esfuerzos del sector privado nunca serán suficientes.
Las regulaciones para abordar los residuos y la contaminación plástica crecen año a año, ya impulsando cambios y generando acciones significativas en las empresas a lo largo de toda la cadena de valor. Al mismo tiempo, marcos regulatorios fragmentados y desconectados representan un riesgo económico y no lograrán la transformación sistémica necesaria para resolver el problema de forma definitiva.
Al trabajar de manera constructiva, la voz empresarial puede aportar de forma sustancial y significativa a las discusiones regulatorias. Tenemos la oportunidad de rediseñar el mercado del futuro y avanzar hacia una economía circular como motor de crecimiento, diversificación y resiliencia económica.

Coalición Empresarial para un Acuerdo Global sobre Plásticos
Más de 300 empresas y organizaciones están promoviendo de manera colectiva políticas ambiciosas a través de la Coalición Empresarial para un Acuerdo Global sobre Plásticos. Han brindado confianza a gobiernos y actores clave, contribuyendo a una creciente alineación en temas como eliminación progresiva de plásticos y químicos problemáticos, diseño de productos y RAP.

RAP para envases
La adopción de la Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP) por parte de la industria —incluyendo un llamado explícito para su implementación por ~100 empresas en 2021, liderado por la Fundación Ellen MacArthur, junto con el Consumer Goods Forum y otros actores— ha contribuido a acelerar el desarrollo de políticas de RAP a nivel mundial.

Un acuerdo global sobre plásticos
Un Acuerdo Global sobre Plásticos es nuestra mayor oportunidad para acelerar de manera significativa soluciones efectivas a escala y avanzar hacia una economía circular. Aunque no se alcanzó un acuerdo en la quinta ronda de negociaciones, la mayoría de los países demostraron apoyo a un tratado ambicioso.






